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Se Cerraron Las Aulas Y Se Abrió El Debate

Se cerraron las aulas y se abrió el debate

Por Victoria de la Calle Muñoz, responsable de Proyectos de 21gramos y Más Allá de la Z

El pasado mes de marzo se cerraron las aulas y se abrió el debate. El Coronavirus SARS-CoV-2, conocido como COVID-19, ha puesto sobre los escritorios de todos los hogares españoles, hoy llenos de tareas del alumnado, los déficits del sistema educativo y la evidente brecha digital existente. Durante estos meses, docentes, padres e hijos han tenido que adaptarse, a marchas forzadas, a una nueva forma de enseñanza, de conciliación y de aprendizaje.

A punto de finalizar el curso y con la vista puesta en septiembre de 2020, en una cosa, al menos, podremos estar todos de acuerdo: esta «transformación improvisada» puede dar lugar a una verdadera (r)evolución de la educación en nuestro país. Precisamente el hecho de que, durante esta cuarentena, muchos hayan imaginado «el aula del futuro» nos da las claves para aprovechar este momento y tomar partido en un desafío que, no nos olvidemos, ya urgía afrontar antes del confinamiento.

Es el momento de (r)evolucionar la educación, un desafío que, no nos olvidemos, ya urgía afrontar antes del confinamiento

Entre algunos planteamientos, es interesante la reflexión de Mariano Fernández, catedrático de Sociología y coordinador académico del Doctorado en Educación de la Universidad Complutense de Madrid, en torno al concepto de Hiperaula, que implica que la enseñanza tenga lugar en un hiperespacio (abierto, amplio, sin los tradicionales pupitres), esté respaldada en la hipermedia (utilización de todo tipo de formatos) y sea hiperreal (uso de realidad virtual, aumentada, inmersiva, tecnología 3D).

Es obvio que queda un largo camino para llegar al aula «deseada» (ni Roma se construyó en un día ni el sistema educativo en dos meses), pero sí hay algunas certezas que no podemos eludir de cara a la vuelta al cole más incierta desde que existe la vuelta al cole.

El primer reto: reducir la brecha social

La desigualdad económica creciente, decíamos, confluye además con otras brechas, como la digital. Por imperativo democrático, no dejar a ningún alumno atrás es sin duda el reto más urgente en el ámbito educativo. Si, como todo apunta, el regreso a las escuelas en septiembre se hace sin vacuna, no paliar esta brecha supone retrasar el aprendizaje de algunos alumnos, incrementando aún más la brecha social. En palabras de Carlos Magro, presidente de la Asociación Educación Abierta, la educación no debe –ni puede– seguir siendo sinónimo de escolarización sino de aprendizaje.

En palabras de Carlos Magro (Asociación Educación Abierta), la educación no debe –ni puede– seguir siendo sinónimo de escolarización sino de aprendizaje

educacion coronavirus

Recursos tecnológicos a cargo de docentes debidamente formados

La educación debe ser igual para todos los alumnos en términos de recursos. Y realizarse a cargo de docentes preparados, formados en estas pedagogías emergentes, que cambian tan rápido como lo hace la tecnología. Si la tecnología es el medio que une hoy a los alumnos con el aprendizaje, el docente debe ser quién gestione ese medio. Sin duda, la falta de formación de los docentes en estas nuevas formas de educación ha sido, durante el confinamiento, una de las barreras más difíciles de sortear.

Currículo escolar transversal

En una sociedad cambiante y líquida, en la que constantemente se nos muestra un futuro distópico, no podemos concebir la educación únicamente con los contenidos formativos o teóricos. Los alumnos necesitan herramientas que les ayuden a afrontar situaciones reales, un programa que trascienda de lo cognitivo a lo personal.

Los alumnos necesitan herramientas que les ayuden a afrontar situaciones reales en esta sociedad cambiante y líquida

El docente como germen del cambio social

La educación nos condiciona como personas y como sociedad, nos impulsa, nos motiva, nos deja una huella imborrable. Los docentes adquieren aquí un papel protagonista que determina nuestro futuro. Su figura, con herramientas y con la formación necesaria, es vital para despertar el pensamiento crítico y fomentar el carácter innovador y la conciencia social. Su papel es tan crucial como insustituible.

Por último, si algo hemos aprendido en 21gramos gracias a nuestra área de Educación con Valores, es que esta «nueva educación» no funcionará si no se entiende como una responsabilidad de todos: las Administraciones, pero también las organizaciones tanto públicas como privadas y la sociedad civil en su conjunto son un actor más en la construcción de una enseñanza inclusiva, de calidad y adaptada a los tiempos. Una enseñanza que tendrá más impacto si es colaborativa.

Tenemos por delante un curso, el 2020-2021, decisivo para tomar partido por la educación y apostar por las generaciones presentes y futuras.

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